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30 de julio de 2007
Matito dice:
Philip Glass es distinto. Las bandas de sonido de las películas se pueden clasificar en dos tipos: aquellas que reúnen canciones ya editadas por diversos artistas y se compilan dentro de la atmósfera de la historia que se cuenta en pantalla (cierto que algunos temas pueden ser compuestos en exclusiva para esa ocasión) o pueden ser instrumentales originales. Existen varios compositores de primera línea, que han hecho bandas sonoras muy exitosas, como John Williams, autor de las dos trilogías Star Wars, E.T, el extraterrestre, Tiburón, y un infinito etcétera. O Danny Elfmann, fetiche de Tim Burton y creador de la apertura de Los Simpson, allá por finales de los `80. Glass es respetado en el ambiente, no es tan renombrado como otros, porque sus trabajos rozan la intimidad del oído, es tan cercano a las emociones más potentes (ergo, aquellas indescriptibles) con sonidos mínimos, pocos instrumentos, demasiada ambición. La banda de sonido del film "The Hours” tiene todos estos elementos y uno más que lo distingue: no parece la banda de sonido de una película. Este disco excede las propias expectativas de un recopilado. A diferencia de la música de Indiana Jones, que solo puede enmarcarse en esa película, Philip Glass consiguió llegar a otro nivel. Y con un piano nostálgico y ambiguo como gran protagonista. Un disco ideal para la reflexión, la verdadera escucha. Te hace ver figuras que antes no veías, aporta magia. Y esa es una de las cualidades de la buena música.
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Sísifo dice:
Cuando escuché por primera vez la banda de sonido que Philip Glass compuso para la película "The Hours" senti algo extraño y hermoso. Era algo que nunca había escuchado. Melodías minimalistas, pequeñas obras de arte que suben y bajan, se encuentran y desencuentran; van de un lado para otro tejiendo una atmósfera a veces pesimista y otras veces optimista que cautiva y atrapa. Es un disco vivo, se mueve entre nosotros y nos muestra y refleja cada uno de nuestros sentimientos. La separación en temas es casi algo canónico: todo el disco es una gran obra con variaciones, repeticiones, entradas y salidas. Siempre manteniendo un estilo clásico, las composiciones parecen modernas y renovadas. Es un disco fresco y extraño. En temas como "Morning Passages" (uno de mis favoritos), la melodía viaja lentamente y se repite, se regenera, los instrumentos parecen ir tomando protagonismo solista hasta que, al final, se juntan y conforman una masa toda que gira por sobre la melodía principal para luego volver a una pequeña discución que de apoco se va disolviendo. En "I'm Going to Make A Cake" (otro de mis favoritos del disco) un colchón de violines le da reposo a unas suaves y simples notas de piano que divagan, aparecen un instante y se desvanecen, hasta que luego los violines resuelven solos el problema, liberándose la nostalgia con una melodía que se escapa lentamente. Glass logró algo único con esta obra. Introduce conceptos pocas veces vistos en la escena neo-clasicista y logra ambientes pocas veces escuchados en otros compositores. Esucharlo atentamente, disfrutar de sus temas y sentir como todo concluye al final es una muy bella sensación. Philip Glass es, sin dudas, un compositor que no debe quedar sin escucharse.
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Artista: Philip Glass Album: The Hours (Banda de sonido)
01 - The Poet Acts 02 - Morning Passages 03 - Something She Has To Do 04 - For Your Own Benefit 05 - Vanessa And The Changelings 06 - I'm Going To Make A Cake 07 - An Unwelcome Friend 08 - Dead Things 09 - The Kiss 10 - Why Does Someone Have To Die? 11 - Tearing Herself Away 12 - Escape! 13 - Choosing Life 14 - The Hours
19 de julio de 2007
Matito dice:
En esta nota no van a leer la historia de Lucía Micarelli, ni datos curiosos ni chismes dignos de programas baratos de media tarde. Solo necesitan, para comprenderla, poner el increíble “Music From A Farther Room”, conseguir una foto de ella (muy bonita, encima) y relajarse. Oírla sin auriculares es someter al medio ambiente a una transformación etérea, apenas palpable, producto del violín que toca Lucía Micarelli. [Si, ella toca el violín.] La conocí por mi primo, arriba o abajo (depende su capricho de editor bloggero) firmando una nota similar, que no sé de donde lo saco, y la verdad poco importa los medios para acceder a ella, mientras se acceda. El tema en cuestión es una versión de Rapsodia Bohemia, tema de Queen, con una introducción de un nostálgico nocturno. Cala el alma, conmueve hasta el oído más adusto. Todavía no me repongo y día a día recurro a esa pista de casi cinco minutos para encontrar ese segundo que me sacude todo. [No solo toca el violín, sino que lo hace descalza.] El disco, pese a ser de una violinista, no es de música clásica, no son conciertos, sino que son versiones. Tal vez las canciones no son muy conocidas, pero eso no importa, cobran vida propia al salir impulsadas por el sonido del increíble instrumento, y las hace definitivas, nuevas, originales. E insisto, emociona. [Y aparte de ser violinista, es bella] Entre todas las pistas que componen “Music From…” destaco uno, “She is like the swallow”, acompañada por la voz de Leigh Nash (a quien ya dedicaremos algunos párrafos más adelante), mujer de cuerdas vocales celestiales que apenas se interpone con lo delicado de la música, la complementa, no desentona en un disco compuesto por instrumentos solamente. [Lucía Micarelli va más allá de la música, la recompone y la devuelve al mundo] ¿Qué importa cuantos años tiene? ¿Qué importa de donde viene? Lucía Micarelli es la música misma que toca, es la emoción y la épica que le falta a muchas otras bandas e interpretes, y es tan única como su nombre, Lucía Micarelli.
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Sísifo dice:
Escuchar el violín de Lucía Micarelli es análogo a entrar en una dimensión desconocida en donde la belleza y las melodías se mezclan y confunden logrando un ambiente distinto, único y maravilloso. Los temas en "Music From A Farther Room" fluyen como una brisa suave alrededor de nostros pero ingresa en nuestro cuerpo con la furia de un huracán. Conmueve hasta lo más profundo del alma. Si bien su estilo no es clásico, aborda ciertos matices de compocicón antigua y hasta incluye una composición para cuarteto de cuerdas de Ravel y una también antigua Aurora.
Bella y única, verla en vivo es más que una hermosa experiencia (aunque sea virtualmente por Internet). Su violín parece ingresar directo al corazón de un alma triste, tocarlo, extraer todos sus sentimientos, y luego mostrarlos al mundo, haciéndonos notar cómo la música reproduce a la perfección los vaivenes de nuestros sentimientos: a veces alegre, a veces triste, su violín fluye entre distintos estados de ánimo que (como un espejo) uno asume cuando lo escucha.
Para destacar un tema (y no repetir de los ya hablados) eligiría Portrait, lleno de magia, con una introducción casi del renacimiento, que luego desemboca en una melodia activa y fluida, con un excelente piano de fondo y siempre con el violín como voz principal.
Una joya socavada de lo profundo, una esmeralda que surge para ser observada: eso es Lucía Micarelli, como también su disco, completo y lleno de luz. Está ahí, para ser escuchado, sólo depende de que nosotros, ávidos de arte, lo tomemos y lo hagamos una parte de nosotros.
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Artista: Lucia Micarelli Album: Music From A Farther Room
Temas:
01 - Smarkand 02 - Oblivion 03 - Meditation From Thais 04 - Portrait 05 - To Love You More 06 - Reflexio 07 - Aurora 08 - Lady Grinning Soul 09 - Ravel String Quartet IN F Major: Assez Vif - Tres Rythme 10 - She Is Like The Swallow 11 - My Funny Valentine 12 - Nocturne/Bohemian Rhapsody
17 de julio de 2007
Este nuevo blog tiene por sentido existencial dar reseñas personales de discos y artistas que nos emocionan, nos gustan o simplemente nos parecen interesantes. La principal característica que englobará a toda la música de la que hablemos, será la poca divulgación y el poco conocimiento de dichos artistas (por lo menos acá en nuestro país).
Espero disfruen este nuevo espacio y escuchen las melodías que señalemos.
Abrazos grandes.
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